US$ 65 por un bife de chorizo y dos porrones de cerveza, un viaje en taxi desde un hotel céntrico sobre la calle Sarmiento y caseros hasta la Terminal de micro $ 35, cuando normalmente sale $ 20 como mucho. Estos son algunos ejemplos del derecho de piso que pagan los turistas y residentes extranjeros en la Ciudad. En muchas ocasiones, un acento foráneo despierta la especulación del comerciante. Y en otras, los locales de las zonas turísticas, ponen precios superiores para aprovechar su ubicación estratégica.
Para defenderse de la viveza criolla, Alexander, un turista que vino a pasar Semana Santa y ver el Moto GP se acostumbró a preguntar los precios antes, que normalmente no están expuestos. “Si pido el producto primero, por ejemplo en un kiosco, siempre tratan de cobrarme de más. Pero si pregunto antes cuánto cuesta, me dicen el precio real. Como extranjero y turista me siento en una posición débil cuando el comercio no exhibe sus precios claramente ”, asegura.
La Ley de Defensa del Consumidor establece que los proveedores de productos o servicios no pueden ejercer sobre los extranjeros diferenciación sobre precios , calidades técnicas o comerciales”.